Emilia Pardo Bazán
Perteneciente a una familia gallega noble, una de las más ricas de España, utilizará su título de condesa de Pardo Bazán, otorgado por Alfonso XIII, para firmar sus obras.
Su madre la animó a leer desde muy pequeña, y a la edad de 9 años ya mostraba un gran interés por la escritura. En la biblioteca paterna pudo acceder a una gran variedad de libros; sus preferidos eran Don Quijote, La Biblia y La Ilíada. Leyó a Plutarco y los libros sobre la revolución francesa le fascinaban. En Madrid, donde pasaba el invierno con su familia, asistió a un colegio francés de la Casa Real, es ahí donde conoció la obra de La Fontaine y de Racine. A partir de los doce años se evade de la educación femenina, rehúsa aprender a tocar el piano y tomar clases de música. Ella consagra todo su tiempo a su verdadera pasión: la lectura.
Con diecisiete años ya viaja por Europa aprendiendo inglés y alemán y en 1882 comienza a publicar en la revista "La Época" una serie de artículos que fueron reunidos en el volumen "La Cuestión Palpitante", y fue reconocida como la principal promotora del naturalismo en España. A partir de entonces establece relaciones con diversos autores de la época publicando varias obras de ensayo. En 1892 funda y dirige la revista "La Biblioteca de la mujer" y comienza a asistir a congresos donde denuncia la desigualdad de educación entre el hombre y la mujer.
Cuentos de Emilia Pardo Bazán
El fantasma
Emilia Pardo Bazán
Un estudiante que visitaba todos los jueves a los señores Cardona, empezaba a turbarse y flaquear su voluntad cuando la señora posaba sus ojos en él.
La estrella blanca
Emilia Pardo Bazán
Esta es la historia de porqué Melchor, Gaspar y Baltasar, los tres nobles reyes, fueron guiados por una estrella al lugar de donde nació el niño Jesús.
El corazón perdido
Emilia Pardo Bazán
Un día encontré por la calle un corazón, pensando que debía habérsele perdido a alguna mujer, y me dediqué a averiguar quién lo había perdido.
El contador
Emilia Pardo Bazán
El conde de Montiel deseaba el contador florentino. Y cuando por fin fue suyo descubrió que ocultaba un oscuro secreto, aún así decidió conservarlo.
El conde Llora
Emilia Pardo Bazán
Mientras el conde repartía la parte que correspondía a los necesitados, se fijó en un pobre muchacho y le ayudó. Pero todo tiene un límite.
Los cabellos
Emilia Pardo Bazán
El rey David no podía vivir sin la esposa de Urías. Es por eso que el rey envío a Urías a la guerra contra Absalón sin saber lo que el destino reservaba.
Fausto y Dafrosa
Emilia Pardo Bazán
El tiempo que Fausto y Dafrosa llevaban separados hacía crecer un amor desmedido entre ellos, y cuando se encuentran de nuevo nada parece real
El mandil de cuero
Emilia Pardo Bazán
Un malvado rey persa tiene a sus súbditos sumidos en la desgracia y el horror, hasta que un valiente herrero decide hacerle frente y despojarlo de su poder.
Al buen callar
Emilia Pardo Bazán
El hijo de los duques de Toledo era un niño que siempre decía la verdad, pero sus padres, acostumbrados a las indiscreciones de la corte, no lo veían con buenos ojos.
La paloma
Emilia Pardo Bazán
Un rey belicoso pierde la vida y su hijo hereda el reino. El joven príncipe se enamora y todos piensan que está hechizado porque no quiere guerrear.
La gota de cera
Emilia Pardo Bazán
Alejandro Magno confía a su buen amigo Higinio la custodia de la copa de oro por la que bebe, y así evitar ser envenenado.
La palinodia
Emilia Pardo Bazán
El poeta Estesícoro hace una sátira sobre Helena de Troya. Pero nadie cree que Helena lo merezca y el poeta es castigado por sus insolentes versos.
La santa de Karnak
Emilia Pardo Bazán
La madre busca solución a la enfermedad de su hija. Nadie es capaz de curar a la pequeña, hasta que le recomiendan que regrese a su aldea.
La rosa
Emilia Pardo Bazán
El infante Dionís ha de partir a la guerra y deja a un ermitaño sus más valiosas posesiones, incluida una rosa, para no olvidar a su amada.